Además de los reconocidos vestigios arqueológicos que conserva Monturque, es de gran interés turístico y cultural, la arquitectura religiosa que posee el municipio.
Para empezar, nos situamos en el rincón que mayor riqueza histórica de Monturque, el Paseo de San Mateo, lugar clave para conocer el pueblo. En este paseo, nos encontramos con la Parroquia de San Mateo. Es una iglesia de estilo gótico-mudéjar, que data de finales del siglo XV o principios del siglo XVI, ya que el libro de bautismo de la Iglesia se inicia en el año 1534. Su fachada fue reedificada en el siglo XX. El interior se compone de tres naves con pilares de cantería ochavados que soportan arcos apuntados. La nave central se cubre con artesonado original de madera y el Retablo del Altar Mayor es del siglo XVII, que acoge a una imagen de San Mateo y a la imagen de la patrona de la Villa, la Virgen de la Aurora.
La parte más interesante del edificio es la suntuosa Capilla del Sagrario, situada en la cabecera de la nave del Evangelio, obra de la primera mitad del siglo XVII, en cuya construcción y decoración intervinieron diversos artistas. Toda ella está cubierta con ornamentación de esculturas y relieves realizados en yeso de color blanco que contrasta con el dorado del resto de la Capilla. Dentro del Sagrario, se accede por una portada adintelada de mármol oscuro y rosado a un pequeño habitáculo, donde se levanta un altar adosado en la pared central sobre el que descansa el Sagrario, espléndida obra de madera tallada y dorada.
No podemos marcharnos sin antes contemplar la Capilla de Jesús Nazareno, cuya imagen está atribuida al escultor Bernardo de Mora del año 1662, y la Capilla de la Soledad.
Al salir de la Parroquia San Mateo, nos dirigimos a la Ermita del Santo Cristo de la Vera Cruz. Para ello bajamos la Calle Rafael de Lara, atravesamos la Plaza de la Constitución y continuamos por la Calle Santo Cristo, nombre que honra a la Ermita y a la Imagen que visitaremos a continuación.
Se trata de una sencilla iglesia del siglo XVI, pero su reedificación en 1923 y las posteriores restauraciones de las que ha sido objeto, le confieren un aspecto mucho más moderno. El templo se compone de una única nave con bóveda rebajada sin ningún tipo de ornamentación ni artesonado. Al fondo de la nave se sitúa el Retablo Principal de estilo neoclásico donde se alojan imágenes representativas del Calvario. En el centro de ellas se venera al titular de la Ermita, el Santísimo Cristo de la Vera Cruz, antigua talla de madera de finales del siglo XVI, de autor anónimo. De profundo arraigo popular, siempre fue la venerada imagen a la que los Monturqueños acudían para pedir por sus enfermos, para paliar las epidemias, la que se sacó en rogativas por las lluvias y como remedio de otras calamidades. Junto a ella, a su izquierda, se encuentra la Virgen de los Dolores, talla realizada por Antonio Reyes en 1944, y a su derecha, le acompaña San Juan Evangelista, realizado por el mismo autor.
Además de estos dos templos, en el siglo XVII existían en Monturque otras tres ermitas, de las que sólo se conservan restos en una de ellas, la Ermita de Nuestra Señora de la Cabeza, ubicada en el paraje conocido como «Madre de Dios», de la que se conserva un fragmento de muro y parte de los cimientos.
Las otras dos ermitas eran la de San Sebastián, en la actual Plaza de Andalucía, y la de Santa Ana, que se encontraba en el solar que hoy ocupa la Plaza de Cervantes.